Gadgets: ¿Traductor de humanos a animales y viceversa?

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Google Pixel Buds es el revolucionario gadgets que el gigante de Internet ha sacado al mercado
para “cambiar” el status quo de la traducción simultánea entre humanos.

Google Pixel Buds, está disponible para más de 40 idiomas y multiplica sus posibilidades al conectarlo con el teléfono Pixel 2.

La empresa se propuso trazar un puente entre el designio dictado por Dios en Babilonia, cuando
en plena construcción de la Torre de Babel creó los idiomas e hizo confundir a las tribus de Sem,
Cam y Jafet para que dejaran a medio camino la obra y cumplieran con el mandato de “fecundar,
multiplicarse y llenar la Tierra”.

El gadgets Google Pixel Buds son unas bocinas inteligentes creadas para que los descendientes de Noé los usen reunidos en torno a dos mini auriculares, un nuevo dispositivo que se ha encumbrado sobre los esfuerzos que distintas empresas de gran músculo tecnológico han hecho para crear artefactos de traducción instantánea de idiomas.

saul-ameliach - traductor de animales

¿Ahora, que tendría de particular para este viejo planeta que más allá de nuestro deseo de
entender en tiempo real lo que nos diga un nepalí, vietnamita o maurí, en medio de unas
merecidas vacaciones, podamos comprender –por ejemplo- lo que piensan las vacas?

Sin más narraremos que las tentativas para lograr una comunicación simultánea entre humanos y
algunas especies de animales del planeta estan cada día más cerca. No obstante advertiremos que
muchos de los productos que se ofrecen en forma de App, están dirigidos para mercadearse en el
April Fools Day o para bromas durante el Día de los Inocentes latinoamericano.

Aclarada esta circunstancia, es momento de introducir someramente el ya manido concepto de
lingüística computacional. Se trata de un área interdisciplinaria que desarrolla algoritmos del
funcionamiento del lenguaje natural humano, con el fin de ser transformado en programas
ejecutables para una computadora.

Esta es la base fundamental para algo más complicado, y el todo para que la factibilidad de la
interacción cognitiva entre humanos y ciertas especies de animales sea realidad. Se llama
zoosemiótica.

Actualmente desarrolladores de todo el mundo, lamentablemente provistos de recursos limitados, elabopran códigos con miras a crear algoritmos que puedan ensamblar como un lenguaje único los datos que ofrece la zoosemiótica.

Esto no es más que la unión de los campos sensorial, químico, óptico, táctil y acústico utilizados por los animales para emitir mensajes bajo la hipótesis–soportada en evidencias de laboratorio- que ciertas especies tienen desarrollado un área cognitiva que podría llevar a reconstruir lo que podría calificarse como un lenguaje, similar al que usamos los humanos y con los mismos propósitos.

El mundo sabe que los chimpancés hablan, mienten y hacen poesías con el lenguaje de signos. Sin embargo en gadget es el quantum de esta búsqueda.

A la fecha el mercado tiene disponibles algunos gadget ensamblados, haciendo uso de solo algunos de los campos sensoriales de los animales.

De allí que al final de la experiencia, los usuarios de los dispositivos no sienten realmente que han hablado con los animales, sino que recibieron mensajes, pero el optimismo es tal que todos –escépticos y entusiastas- saben que se está avanzando.

Si iniciamos una enumeración de ejemplos de gadget para la comunicación con animales,
debemos mencionar a No more Woof (No más ladridos), un dispositivo desarrollado por la
compañía escandinava NSID con el auspicio de la Sociedad Nórdica para la Invención y el
Descubrimiento, que con picardía de mercadeo se ha introducido como el primer gadget que
“traduce los pensamientos” de tu perro a lenguaje humano. Sin embargo debemos decir que esa
promesa está lejos de la realidad.

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La oferta destaca que existen unos patrones específicos en los perros, que permiten reconocer las ondas cerebrales del animal e informar al dueño sobre qué estaría inquietando al espécimen, mediante un altavoz incorporado. No obstante el gadget está a años luz de representar un traductor cognitivo y solo es una rudimentaria manipulación que hace uso de la electroencefalografía y la microcomputación para lograr que el usuario sienta un “Efecto
Macondo” y crea que su perro le está hablando.

Es necesario acotar que el creador del dispositivo tiene opiniones que están alejadas a las estrategias de los mercadólogos. Per Cromwell está consciente que su dispositivo lo único que hace es medir las señales eléctricas de la mente del animal a través de sensores de encefalogramas.

Luego una interfaz computadorizada los convierte en palabras, que son preestablecidas y emitidas por un pequeño altavoz acoplado al aparato. “Cada cerebro genera patrones cuando piensa, por lo que solo tenemos que mapear estos patrones e interpretarlos. En el caso de los perros, hemos logrado identificar y distinguir entre las sensaciones de cansancio, enfado, curiosidad y hambre”, nada más, dijo el creador.

Si se desea conocer algo con mayor profundidad, es menester mencionar The Wild Dolphin
Project: In their world… in their term (Proyecto del Delfín Silvestre: En su mundo… bajo sus
términos). Es una organización de investigación científica sin fines de lucro que estudia e informa
sobre un grupo específico de delfines moteados del Atlántico conocidos como los Stenella
frontalis.

Denise Herzing, quien desde 1985 está al frente de esta investigación, desarrolló junto a su equipo un gadget denominado CHAT, que no es más que una interfaz acústica submarina que provee y recibe sonidos que la zoosemiótica computacional decodifica en palabras.

Los investigadores han logrado llegar a convenios con los cetáceos para determinar que algunas emisiones sónicas tienen una representación en la fonética humana y a la fecha acumular ocho palabras tras 32 años de investigación. Entre ellas el fonema “sargazo”, que es el nombre de un alga con la que los delfines juegan en las profundidades.

En la página web de The Dolphin wild Project, se puede hallar más información, entre la que
destaca que la interfaz de “traducción” fue “desarrollada por Thad Starner, que construyó el CHAT
en el Instituto Georgia de Tecnología, junto a alumnos de esa universidad, usando algoritmos
especialmente diseñados para descubrir patrones, analizar silbidos y extraer rasgos distintivos en
la comunicación de los delfines que el oído humano no es capaz de oír”.

Vamos a finalizar este viaje por el mundo de los gadget para traducción de lenguaje animal con la
opción que desarrolla tambero.com.

Esta página web se ufana de haber creado un software para hablar con las vacas. Y regresamos a las grietas que hay entre la expectativa y la realidad.

Eddie Rodríguez, el argentino creador de la API con base en internet y que en la actualidad ayuda a miles de granjeros en todo el mundo, realmente no creó un dispositivo para hablar con los
semovientes, su talento estuvo en estandarizar una gran cantidad de variables de la zoosemiótica
vacuna que bajo telemetría mapean “los niveles de felicidad” de estos animalitos, que al estar más
contentos tras saciar el hambre, calmar la sed y recibir mimos, se transforman en unos campeones de los potreros y elevan su producción de leche. Además el austral asegura que su creación aplica para ovejas, cabras camellos, llamas y alpacas.

Para la creación un gadget de traducción simultánea entre humanos y animales falta mucho por
transitar, pero advertimos que ya anda activo un futurólogo llamado William Higham, quien hace
elevar las apuestas en las bancas de la ciencia, al asegurar que pronto serán diseñados dispositivos que permitirán concretar lo hasta ahora es un resultado a medias: comunicarse con los animales.

Higham ha obtenido fama tras haber descubierto un posible lenguaje en "perros de pradera" de Estados Unidos.

Del Departamento de Ciencias Biológicas de la Northern Arizona University sacámos el párrafo
final para este contenido: La ciencia ya confirmó que el diálogo con animales es un claro signo de
inteligencia humana pero hoy va por más.

El futurólogo William Higham, autor del libro "The Next Big Thing", aseguró que dispositivos que permitan hablar con el mejor amigo del hombre podrían aparecer en el mercado en menos de 10 años de distancia; sin dudas un salto impensado de la tecnología y de la mano de lo que se conoce como inteligencia artificial.

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